Aunque parezca mentira, esta tarta tan sencilla se ha convertido en todo un homenaje para mi familia.
Partiendo de la receta básica que conserva mi madre, y la cual me sirvió para poder hacer esta versión, hasta los ingredientes y quienes más la disfrutaron.
La hice con los primeros higos que nos dió una higuera, situada en el centro de una viña, que plantó y se encargó de mantener mi abuelo. Es un arbol con muchos años, que ha pasado por momentos mejores y peores pero que al final de todos lo veranos nos regala sus frutos dulces y carnosos.
Ahora que mi abuelo no puede cuidarla es mi padre quien lo hace y quien se encarga de traernos sus presentes. Aunque ya no da tanto fruto, todavía nos sigue ocurriendo que por mucho que nos gusten y por mucho que comamos parece imposible terminarlos antes de que se puedan estropear.
Esta vez, en un "alarde" de creatividad se me ocurrió, según vi llegar la cesta de los higos, probar a hacer esta tarta.
Es increible que con una receta tan sencilla, tan rápida de preparar y con ingredientes tan "normales" se logre un resultado tan maravilloso al paladar.
De verdad espero que la probéis y os guste
INGREDIENTES
- 125 gr de harina
- 220 gr de azúcar (puede admitir un poquito menos si eres poco goloso)
- 230 gr de leche
- 3 huevos
- 30 higos maduros partidos por la mitad (los necesarios para cubrir apretaditos la base del molde)
- azúcar y canela para espolvorear
Pintar el molde con aceite y forrarlo con papel de hornear (el aceite os ayuda a que el papel se pegue bien a las paredes y al fondo).
Colocar los higos partidos a la mitad y sin pelar cubriendo la base del molde (la parte de la carne del higo hacia arriba, la piel hacia abajo) de modo que queden muy bien apretados.
Batir el resto de los ingredientes y dejar caer suavemente esta crema sobre los higos (hacerlo con cuidado para que no se muevan) . Han de quedar tapados pero sin necesidad de estar totalmente sumergidos.
Espolvorear azúcar y canela al gusto.
Hornear a 180 grados entre 35 a 45 minutos.
Desmoldar con cuidado y cuando esté totalmente fría.
Este tipo de tartas ganan mucho cuando se toman de un día para otro. Si podéis darla un tiempo de reposo para que los sabores se asienten.
Ah! se me olvidaba, la última gran homenageada fue mi abuela que se pirria por los higos y sus postres!
Virginia, eres cruel, no se puede leer tu blog a cualquier hora, sólo vale hacerlo con el estómago lleno o sino se sufre. El verano que viene te regalo higos de mi higuera si tu a cambio me haces esa tarta. ¡Qué hambre!
ResponderEliminarBesos,
Bea
Las que quieras!
ResponderEliminarMuchas gracias por los comentarios
Besos