Tiene una denominación de origen propia y está protegida desde hace mucho tiempo por las leyes alemanas. Su origen se remonta a una torta de miel llamada “honigkuchen” que vienen de la mano de unos pasteles que elaboraban los egipcios para colocarlos en las tumbas de sus dioses.
Bajo su nombre se agrupan diversas variantes y especialidades ya sea por los ingredientes, las formas e incluso porque se dan desde las galletas más finas que han de colocarse sobre obleas hasta masas abizcochadas con varios centímetros de grosor (considerado el pan de Nuremberg).
Como denominación de origen lleva determinados los ingredientes (o por lo menos algunos de ellos):
Frutos secos
Naranja o limón confitados
Miel, harina, azúcar y huevos
Pasta de almendra o harina de almendra
Anís, cardamomo, coriandro, nuez moscada, clavo, pimienta, canela
Entre las múltiples pruebas que hice para los cursos fui desde las más ortodoxas a las más "comerciales", personalmente me quedo con esta que tiene un pedacito de lo bueno de cada una de ellas y con un toque más de estas fechas.
INGREDIENTES:
- 250 gr harina
- 30 gr harina de almendras
- 90 gr azúcar integral
- 100 gr mantequilla
- 40 gr miel
- 1 huevo
- ralladura de 1 naranja
- canela, cilantro, nuez moscada, clavo
- chocolate negro y fruta confitada para decorar
Batir el azúcar con la mantequilla hasta que blanquee. Incorporar la miel y seguir batiendo bien.
Añadir el huevo y la ralladura de naranja.
Mezclar las harinas con las especias y cuando estén correctamente unidas verter sobre los líquidos.
Ir formando una masa homogénea para que queden restos sueltos de harina ni pegotes. Terminar con un suave amasado a mano.
Formar un cilindro y cubrir con film. Meter al congelador una media hora, aunque si es posible mejoran mucho si se dejan de un día para otro guardadas en la nevera para que se impregnen bien todos los aromas.
Cortar lonchas de 0.5 cm y hornear a 180º unos 10 minutos.
Una vez frías cubrir con el chocolate derretido y las frutas picadas.
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