INGREDIENTES
- 200 gr de harina
- 100 gr de mantequilla fría
- 1 cucharadita de sal
- 1 cucharadita de especia de cebolla molida
- agua
- 1 calabacín
- 1 berenjena
- 4 tomates de rama no demasiado maduros
- aceite
- sal gorda
- tomillo
Lo primero que hay que hacer es la base. Para ello la mantequilla ha de estar muy fría y cortada en dados y la habéis de deshacer con los dedos poco a poco con la harina que ya tendréis mezclada con la sal y la cebolla.
Al incorporar la mantequilla con la harina se van desmenuzado los trozos poco a poco hasta conseguir una consistencia arenosa. No debéis amasar y hacerlo lo más rápidamente posible porque para que la masa quebrada tenga la consistencia adecuada (firme pero que se desmorona al morderla) tenemos que conseguir que las partículas de grasa envuelvan las partículas de la harina y que la masa no se comporte como una unidad uniforme, para eso es clave que la mantequilla se derrita lo menos posible y así no se repartirá de manera igualitaria por todos los elementos secos.
Añadir agua a cucharadas (poco a poco y cuanto menos mejor) hasta que conseguir amalgamar la masa formando una bola.
Cubrirla con film y dejarla enfriar en la nevera 1 hora.
Mientras aprovechar para hacer las verduras.
Cortarlas en rodajas de medio centímetro aproximadamente y sofreirlas en la sartén con un poco de aceite, sal y tomillo. Debéis poner cada verdura por separado y sólo ligeramente porque se han de terminar de hacerse en el horno. Reservar uno de los tomates para triturarlo con un poco de sal y un chorrito de aceite.
Sacar la masa de la nevera y estirarla con rodillo (se irá rompiendo, pero no desesperéis, poco a poco se formará una placa , si necesitáis ayudaros al principio de las manos para ir corrigiendo las grietas no dudéis en hacerlo).
Poner la base en un molde enceitado y pincharla con un tenedor. Cubrirla con el tomate triturado y colocar encima las verduras.
Meter al horno precalentado a 180º entre 25 a 30 minutos.
Bon appétit!!
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